Así celebramos la fiesta navideña en familia
Aquí te cuento cómo en mi familia, al igual que en millones de hogares españoles, celebramos la Navidad y no es por un sentimiento religioso, es por la tradición que hemos heredado y por lo que simboliza esta celebración.
10/11/2021 ― Lo que es innegable es que el espíritu navideño inunda todos los hogares en estas fechas tan tradicionales. Todo el mundo, desde los que son creyentes, y no sólo católicos, hasta ateos, agnósticos y otras culturas dispares se han ido enganchando a la celebración mágica de la Navidad.
La Navidad: un buen momento para compartir en familia
No importa el tamaño de la familia; lo realmente relevante es fortalecer los lazos y mantener vivo el afecto entre todos los miembros del grupo. Eso es, al final, lo que hace grande a una familia feliz. La mía es muy pequeña, sí, pero es lo más grande que tengo en mi vida, y en estas fechas ese cariño se comparte aún con más fuerza.
Otros apartados de mi Navidad:
Como en toda celebración, la mesa se convierte en protagonista
Como todas las celebraciones, la Navidad no es diferente y se conmemora en torno a la mesa y en familia. Y nosotros no íbamos a ser menos. En estas fechas abrimos todo nuestro corazón, los sentimientos, los buenos propósitos y por supuesto la cartera para endulzar un poco las fiestas.
En casa somos muy tradicionales y aunque no somos creyentes, religiosamente hablando, sí creemos en el espíritu navideño.
Como he dicho en alguna ocasión, el intentar ser buenas personas no es una exclusividad de los creyentes. Todo el mundo intenta sacar del corazón lo mejor de cada uno.
No obstante, no puedo obviar el postureo de nuestros «amigos»: los políticos. Recuerda la cantidad de políticos que van a misa y en cambio son unos golfos bastardos.
Y llega el momento de compartir la cena tradicional
Nosotros pertenecemos a esa gran mayoría que no van a misa, pero creemos en las tradiciones españolas y en la Navidad. Y además, aunque somos republicanos, creemos en los Reyes Magos.
En Navidad abrimos algún buen vino que he ido cuidando celosamente en mi bodega durante años para una buena ocasión, y qué mejor momento que estas fiestas. Este año hemos descorchado un gran reserva de Rioja de 1984. Y para la cena de Nochebuena un cochinillo, como todos los años que tenemos ocasión. Lo dicho, somos tradicionales y nos gusta la Navidad, el belén, el árbol de Navidad y los Reyes Magos. Somos españoles hasta en Navidad.
Nuestra propuesta del día:
Construcción de un horno de leña ― Casi todos los años en las fiestas de Navidad en familia suelo encender mi horno artesano ya que forma parte de la tradición y de paso nos damos el gustazo gastronómico para cocinar alguna carne especial en esos días. La construcción la realicé personalmente hace años y lo cierto es que le hemos sacado partido. No tienen mucha complicación y el único problema es disponer del espacio suficiente en el jardín o la terraza.
2110 - Secado natural lento es importante. Deja que el horno se seque de forma suave al aire libre durante unos días o semanas, dependiendo del clima.
♦ Algunos datos más ►
Te comparto unas recetas sencillas para hacer en Navidad. No me gusta el postureo en ningún aspecto de la vida. y por supuesto en la cocina tampoco. Por tanto debes imaginar que la comida de imaginación la rechazo completamente. Te puedo argumentar más cosas, por ejemplo, cuando algo hay que decorarlo mucho es porque el elemento en sí no vale nada. Con toda esta presentación debes tener claro que las comidas para celebrar la Navidad que te voy a proponer son sencillas y muy seductoras.
La verdad es que, en Navidad, uno se da cuenta de que no hace falta tener una familia numerosa para sentirse acompañado. A veces, basta con unas pocas personas, siempre que el cariño sea sincero y los lazos estén bien cuidados. Cada gesto, cada conversación y cada momento compartido se convierte en un recordatorio de lo valioso que es tener a alguien a tu lado. Por eso, aunque mi familia sea pequeña, su presencia llena mi vida de un calor inmenso. Y en estas fechas, ese calor se multiplica y me recuerda que lo esencial nunca depende del número, sino del corazón.