Diferencias entre la ciencia y la tecnología

Ensayos científicos Al Día
En ocasiones se confunden las diferencias entre tecnología y ciencia porque son dos términos que tienen una relación muy estrecha no obstante son diferentes.
Otros artículos interesantes sobre ► Tecnología y artículos de ciencia
4/11/2022 ― Voy a explicarte de un forma sencilla la relación entre ciencia y tecnología para que reconozcas las diferencias. Tal como explica esta web, cuando hablamos de ciencia y tecnología hacemos referencias a dos disciplinas diferentes pero que inexorablemente están muy unidas.
Con esto ejemplos que te voy citar comprenderás fácilmente las diferencias entre ambas especialidades y además descubrirás qué fue primero, ¿la ciencia o la tecnología?


¿Cómo se relacionan la ciencia y la tecnología?
Como ya te he comentado, la ciencia y la tecnología están íntimamente relacionada, dependen entre sí y se retroalimentan mutuamente.
La ciencia y la tecnología aplicadas tienen una proximidad particular en un amplio sentido porque a menudo tienen las mismas preocupaciones y métodos. Por ejemplo, el diseño de un láser puede realizarse tanto con fines científicos como tecnológicos, como la fabricación de un arma bélica. Sin embargo, es importante recordar que la tecnología no sólo está ligada al lado experimental de la ciencia, la teoría de la relatividad general fue necesaria para corregir los errores de cálculo en los GPS.
El desarrollo de bombas nucleares y reactores nucleares –tecnología– confirmaron los resultados fundamentales de la física atómica –ciencia–.
¿Qué fue primero, la ciencia o la tecnología?
Creo que ahora ya estás en disposición de conocer las diferencias entre ciencia y tecnología, y además puedes percibir fácilmente que, en muchos casos, primero se desarrollan teorías científicas que posteriormente la tecnología aplica, demostrando así su validez.
Sin embargo, debo matizar que la relación entre ciencia y tecnología no es lineal ni siempre tan clara. Si retrocedemos en el tiempo, veremos que muchas tecnologías surgieron antes de que existiera una explicación científica que las sustentara. Por ejemplo, nuestros antepasados ya fabricaban herramientas de piedra, navegaban siguiendo las estrellas o construían monumentos como las pirámides, mucho antes de que existieran teorías científicas sobre la física, la geometría o la astronomía.
Durante siglos, el ser humano desarrolló tecnologías por medio de la experiencia y la observación empírica. Solo más tarde la ciencia empezó a ofrecer un marco teórico para comprender y perfeccionar esos avances. Así que, aunque hoy en día muchas tecnologías se basan directamente en descubrimientos científicos, en los orígenes de la humanidad fue justo al revés: la tecnología precedió a la ciencia.
Por tanto, más que preguntarnos qué fue primero, quizás deberíamos pensar en cómo se retroalimentan mutuamente: la ciencia impulsa a la tecnología, y los desafíos tecnológicos, a su vez, empujan a la ciencia a avanzar.
La retroalimentación entre la ciencia y la tecnología
Un ejemplo claro es el desarrollo de los teléfonos móviles inteligentes. Estos dispositivos son posibles gracias a múltiples avances científicos en física cuántica, química de materiales, óptica, acústica, informática, y muchas otras disciplinas. Por ejemplo, el funcionamiento de las pantallas táctiles está basado en principios de capacitancia eléctrica, que se entienden gracias a la física. Del mismo modo, los chips que procesan la información se basan en el comportamiento de los electrones en materiales semiconductores, explicado por la mecánica cuántica.
Pero también ocurre lo contrario: el avance de la tecnología de los smartphones ha impulsado nuevas investigaciones científicas. Por ejemplo, la necesidad de baterías más duraderas ha llevado a estudiar nuevos materiales en laboratorio, como los electrolitos sólidos, lo que a su vez ha generado nuevos descubrimientos científicos en química y física de materiales. Así que en la actualidad, ciencia y tecnología no caminan una delante de la otra, sino que en ocasiones evolucionan juntas, como si se empujaran mutuamente.
Cuando la tecnología obliga a la ciencia a replantearse sus postulados
Aunque solemos pensar que primero se desarrolla la teoría y luego se aplica, que por lo general así es, la historia de la ciencia y la tecnología está llena de casos donde ha ocurrido justo lo contrario: fue la tecnología la que forzó a la ciencia a replantearse sus propios principios. Te dejo algunos casos relevantes.
La máquina de vapor y el nacimiento de la termodinámica ― Antes de que nadie hablara de «energía interna» o «segunda ley de la termodinámica», ya existían máquinas de vapor funcionando en fábricas. Los ingenieros sabían cómo hacerlas cada vez más eficientes, pero no entendían del todo por qué funcionaban como lo hacían. Fue gracias al análisis de estas máquinas que científicos como Carnot y Clausius acabaron formulando las leyes que hoy rigen la termodinámica. En este caso, la tecnología iba varios pasos por delante de la ciencia.
Los hermanos Wright y el vuelo sin teoría ― En 1903, los hermanos Wright lograron volar con un avión propulsado y controlado antes de que existieran teorías completas sobre el vuelo. No había modelos matemáticos capaces de predecir con precisión el comportamiento del aire sobre las alas. Sin embargo, ellos lo consiguieron mediante ensayo y error, construyendo túneles de viento y recopilando datos propios. Su éxito forzó a la ciencia a estudiar seriamente la aerodinámica, que hoy es una rama fundamental de la física.
Los semiconductores: una tecnología que empujó a la ciencia cuántica ― Los primeros transistores funcionaban, pero su comportamiento no se podía explicar del todo con la física clásica. Fue la necesidad de entender mejor los materiales semiconductores lo que impulsó a los físicos a desarrollar más profundamente la mecánica cuántica y la física del estado sólido. Hoy, gracias a eso, tenemos microchips, ordenadores y teléfonos inteligentes… y un conocimiento científico mucho más claro.
La inteligencia artificial y el cerebro humano ― Las redes neuronales artificiales no son una copia exacta del cerebro, pero funcionan sorprendentemente bien para tareas como el reconocimiento de voz o imágenes. Esto ha planteado preguntas transcendentes a la neurociencia: ¿cómo es posible que una red tan simple aprenda tanto? ¿Se parecen nuestras neuronas más a un algoritmo de lo que pensábamos? En este caso, la tecnología está ayudando a abrir nuevas vías de investigación científica sobre cómo pensamos y aprendemos.
Estos ejemplos demuestran que el avance no siempre sigue una línea recta. A veces, los ingenieros y técnicos abren caminos que la ciencia todavía no ha recorrido, y es precisamente esa brecha la que motiva nuevos descubrimientos. En ocasiones, la ciencia y tecnología se empujan una a otra, como dos engranajes que giran juntos.
Resumen: Como has podido ver, en la mayoría de los casos la tecnología avanza gracias a las teorías científicas y también proporciona una fuente de confirmación para dichas teorías. - Juan Vte. Santacreu
Otras páginas sobre ciencia y tecnología en nuestro portal temático de contenidos en español:
Ondas gravitacionales | Por qué la luz de las estrellas
Nuestra propuesta del día:
La enología y la tecnología aplicada al vino ― Por poco que observemos a nuestro alrededor comprobaremos que la ciencia y la tecnología invaden todos los campos de nuestras vidas, incluso hasta en especialidades que hasta hace poco eran artesanales como el vino. Hace 2.000 años y sin saberlo la humanidad ya estaba relacionando la ciencia con la tecnología, primero fueron los científicos de la época, los artesanos, que experimentaban con las vides para conseguir los mejores caldos, después vino la tecnología para ayudar y hacer más productivo el trabajo.
606 - Normalmente el diseño tradicional tiene la entrada y la chimenea al frente, aunque puedes adaptarlo de otras formas para acoplarlo a tus necesidades estructurales.
♦ Algunos datos más ►
La ciencia y la tecnología están íntimamente relacionadas, pero sus roles son distintos y complementarios. Podríamos decir que la ciencia es la disciplina que desarrolla teorías, pues su objetivo principal es generar conocimiento mediante la observación, la formulación de hipótesis y la experimentación rigurosa. A través del método científico, busca comprender las leyes que rigen el universo, construyendo modelos teóricos que explican fenómenos naturales o sociales.
Por otro lado, la tecnología puede considerarse un banco de ensayo, ya que aplica el conocimiento científico para crear herramientas, sistemas o procesos que resuelven problemas prácticos. La tecnología pone a prueba las teorías científicas al llevarlas al mundo real, validándolas o revelando sus limitaciones. Sin embargo, esta distinción no es absoluta: la tecnología también impulsa nuevos descubrimientos científicos al proporcionar instrumentos más precisos, y la ciencia, a su vez, se nutre de los retos prácticos planteados por la tecnología. Ambos se retroalimentan en un ciclo dinámico que impulsa el progreso humano.